lunes, 26 de diciembre de 2011

Melancolía

Hace un par de días, por la tarde unas horas antes de celebrar la Nochebuena, tuve el momento de inspiración que me decidió a meterme en el cine en una sesión de Melancolía, la película del genio loco Lars Von Trier. La primera parte, con su despliegue de personajes y el común en el cineasta danés personaje desequilibrado dándole música a la fiesta, me defraudó un poco, quizá por las altas expectativas que había puesto en la película. A medio metraje se hizo incluso plomiza. Pero la segunda parte, que bien podía haber sido un film indepemndiente de la primera, me encantó, con su dosis de futurismo, la fluidez de la historia y la belleza de las imágenes. Bellísimas son, también, las imágenes, poéticas, sin hilo argumental alguno todavía sobre el que apoyarse, del inicio.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Actores

Se acercan las fechas navideñas, de despedidas calurosas y felices en un "hasta pronto" que anuncian tiempo en familia o escapadas. También la compañía de un buen libro o una notable dosis de tele. Esta semana, contra la testarudez que he tenido últimamente en leer, me han convencido para ver nada menos que tres películas, todas del Hollywood actual. Me voy abriendo. Salvo la última de ellas, llena de personajes guapos, acción, chulerías y superficialidades sin sustancia, hubo un aprobado en el experimento. La verdad es que tienen una estructura definida que, si te sale con algo de profundidad añadida, son interesantes; pero sino son truculentas y te sientes engañado. Al menos esa es mi opinión: no al engaño, sí a la calidad compatible con el entretenimiento. En una de ellas, "The company men", está el añadido de poder disfrutar de la interpretación de un actor que es pura poesía, haga lo que haga: Tomy Lee Jones. Me recuerda a Susan Sarandon: no hacen ascos a papeles secundarios, a películas que se podrían considerar menores, pero verlos en acción es siempre un gozo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Tierno

Durante este largo puente me ha enternecido algo que, por la distancia y mi falta de hijos, no vivo como algo cotidiano o natural: la visita de los niños, mis sobrinos antes renacuajos, que van creciendo año tras año: cuando les ves súbitamente tras una larga separación, se produce una sensación de cariño inicial y luego de paso del tiempo en el que sus cabecillas se han ido haciendo más mayores y más espabiladas. El mayor cumple 10 años dentro de nada. El mediano cumplió ocho ayer, último día de visita en que tuvo que ver como su equipo del alma perdía el partido contra el Barça. Empieza a ser una costumbre. Besitos imprevistos, gestos infantiles de la renacuaja, verla escribir y dibujar. Calor familiar, se han esfumado, como he dicho, esta mañana temprano: el viaje es un trecho.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Va mejorando

La vejez ha sido tratada aquí en diferentes entradas. Pues bien, vuelve a asomar: un familiar cercano se acerca peligrosamente a los 90 años. A esa edad, su salud ya es frágil y puede coger una enfermedad por cualquier tontería. Contra la común suposición de que esos momentos que nos van anunciando la despedida, el final de la vida del prójimo, son tristes y nos llevan a la nostalgia, uno se sorprende de que aparecen momentos cómicos, como la crónica testarudez de quien está con el oxígeno a cuestas, su fidelidad a la fama de cascarrabias: "así hasta la tumba". La medicación también hace algo para que se aceleren y se vuelvan algo esperpénticos. Ellos, que antaño ordenaban y mandaban con toda la fuerza y la mala leche, van perdiendo la fuerza. A uno le queda desear que lo que les resta de vida lo pasen con el mínimo sufrimiento y disfrutando de sus personales mínimos placeres. Por cierto, va mejorando.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Efemérides

El agua brota de la alcachofa. El baño se va llenando de vapor. Una vez desnudo, tiento el agua caliente y meto el cuerpo bajo ella. Es una ducha relajante, tonificante, que me sienta fenomenal a primera hora de la tarde.

Leo un libro instructivo, de aprendizaje, y noto cómo voy mejorando cuando lo llevo a la práctica. Me satisface y llena de ilusión.

Comparto un rato con mi hermano, en la noche tranquila de un sábado. No solemos vernos mucho, de modo que disfruto de su compañía mientras avanza el partido de fútbol.

El fin de semana se va acabando. Uno quiere que cambien muchas cosas y ninguna. Quizá que cambie alguna y no todas.

Efemérides.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Arte

Llego a casa, se ha hecho oscuro, se hace oscuro cada vez más temprano, y caen las primeras gotas de lo que promete ser una lluvia de paraguas y paso rápido. Antes de sentarme a escribir estas palabras, me pregunto sobre qué hablar. Me aparece claro: cine.

En un fin de semana en el que estrenaban un taquillazo seguramente soporífero, tan solo se atrevía a competir una película que busca un espectador totalmente distinto, inquieto, algo más culto. Esas películas eran la enésima secuela de la saga Crepúsculo y, no recuerdo su nombre, la última película de Roman Polanski, con Kate Winslet, Jodie Foster y otro par de actores que juegan a su altura. Parece que escribió el guión nuestro director a cuatro manos junto a Yasmina Reza durante su reclusión ante la posible extradición a EEUU. Con cuatro cosas logran una película que pone a nuestra sociedad en evidencia a la vez que te envía el derecho a la risotada de vez en cuando. Todo para ver que, de la nimiedad, podemos llegar al disparate. Además, se atrevió Polanski a no ceder a una duración convencional del film, sino que dura lo que él creyó que debía durar la historia. Y es que son grandes guionistas, un gran director y grandes actores. De ahí sale el arte.

domingo, 13 de noviembre de 2011

La reina de la fiesta

Era la una y cuarto de la madrugada, de ésta madrugada. No, no estaba en la cama. En pleno sábado,de noche con luces de neón y ambiente hip hop (para mí muy novedoso), mi mirada se posó sobre la pista de baile. Curioseaba: cómo bailan, qué edades tienen, qué aspecto tienen, observar si hay alguna mujer atractiva o elegante, cuando menos interesante. Siempre desde la distancia. Mis ojos se posaron en un bonito vestido de colores culminado en una minifalda muy atrevida. Bailaba deshinibida, completamente atrevida, y no podía evitar revolucionarme. Cuando se dio la vuelta, descubrí en ella a una chiquilla. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche, trataba de seducirla uno y luego otro. Cuando, finalmente, creyendo que ya se había ido, me levanté de mi mesa para comprar una botellita de agua que tomara el relevo al whisky apurado, descubrí que seguía allí, rodeada de un enjambre de treintañeros, cual Marilyn de pub. Era la voluptuosidad, el baile atrevido, el vestido ceñido, la llamada del sexo, que movía las hormonas de todo un club que se tendría que quitar de encima para elegir a uno, o quizá simplemente irse a casa con el sentimiento de haber sido adorada, de haber sido la reina de la fiesta.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Feliz

Llueve, lleva todo el día, todo el fin de semana lloviendo a mares. Pero estoy feliz. Anoche salí a la aventura, lo peor que me podía pasar era empaparme. No sucedió. Fue una noche con aires retro y confesiones. Una noche feliz. Feliz me hace, por fin, también que otros proyectos comiencen a tomar forma. Que empiece a ver el agujero por el que siempre caía, sin llegar a entender nunca por qué no llegaba al otro lado. Es una nueva etapa de un camino soñado, que no realizado: estoy en caminando, esquivando los socavones en ese sueño, sin haber llegado a sus poco accesibles profundidades. Pero veo un terreno más claro. Siento que no soy tonto, o inepto para esa fantasía: faltaba norte, luz sobre, esperemos, un mármol que iremos puliendo, un sueño poco visible en sus encrucijadas y enigmas.

Al final han quitado de cartel en muchos cines la peli de Sofía Coppola y tengo pocas esperanzas de verla en cine. Irrumpe Lars Von Trier con su Melancolía: quizá.

Pero estoy feliz. Dicen que es un sentimiento muy pasajero, no como la alegría que permanece en el ánimo durante más tiempo.

domingo, 30 de octubre de 2011

Entretenimiento y arte

Me he dado de bruces con una evidencia. acostumbrado a leer narrativa profunda y ver cine de autor, cosa que, confieso, cuando acierto me encanta, he descubierto que para desarrollar una narración que sintonice con el lector y no se limite a un intercambio de guiños entre artistas o artistas y culturetas como los que abundan en los cines V.O., para ello, hace falta que la narración tenga una historia, una estructura, que capte al lector, le proponga un viaje y haga que se identifique con el protagonista de la historia. Me lo dijeron hace unos años, comentándome que estaba escribiendo para narratólogos, pero que hay que escribir para el público y tener una historia. También me dijo que era una etapa clásica en la formación del escritor. Bueno, lo cierto es que mis historias han avanzado en ese sentido desde entonces, pero, ahora, leyendo El Viaje del Escritor, me encuentro con técnicas y estructuras actuales a la vez que ancestrales, que han influído mucho en la creación de grandes películas de Hollywood. Leo con entusiasmo, pero sin olvidar que el entretenimiento no debe quedar reñido con el arte.

domingo, 23 de octubre de 2011

Para ser feliz

Suena Nina Simone de fondo y alegra ver cuánta vida tenía la gente en nuestra memoria del blanco y negro, en la memoria que antecede a nuestra existencia. El viernes, camino de tomar una copa relajada, cayeron tímidas gotas que anunciaban un retorno a todo ritmo y llegada a casa empapados. Sin embargo, quedó en el simple anuncio. Caminaba ya con mi abriguito algo ligero, aún así yo muy friolero. Sentados en un lugar de la bohemia encontrado al azar de la caminata sin rumbo fijo, disfrutamos del silencio y de la complicidad conversadora mi amistad y yo, tranquilos, confiados en que el otro ya no es un desconocido, sino alguien en quien depositar tu confianza, en quien apoyar el brazo si es necesario. El lugar era barato, con gente pero sin ese ruido de voces altisonantes y música a toda traca que impide la conversación tranquila. Y en un momento dado comentamos las tres o cuatro cosas elementales que se necesitan para ser feliz.

sábado, 15 de octubre de 2011

Kleenex

En un día de calor sorprendentemente otoñal, de este otoño que muchos deseamos empiece a serlo y deje atrás el verano, en ropa ligera me entró un airecillo fresco por un súbito y ocasional cambio de temperaturas cuando aún era joven la tarde. Al rato, sintiéndome frío, me puse una ropa algo más abrigada. Sin embargo, ya estaba ahí: destemplado al principio, luego vinieron la sequedad en la garganta y el recurso al kleenex. Ya llegó el resfriado. Ahora tan solo queda la conciencia del disfrute de las energías renovadas y una recuperada autonomía... respecto al kleenex. Señales del otoño, que parece ir va llegando a su pesar.

domingo, 9 de octubre de 2011

Nada relevante

Hoy no escribo sobre nada relevante. Emiten el telediario mientras yo escucho música en los auriculares y divago al teclado. Finalmente, no he ido a ver la película de Sofía Coppola y me he guardado el dinero para otros menesteres. Dentro de poco, mi hermano pequeño se irá a vivir más lejos, aunque en la misma ciudad, y quizá todo quede en vernos una vez al mes para comer. Algo normal, por otro lado.

Me pregunto si la reputación que tiene Sofía Coppola no tendrá algo que ver con que es miembro de la industria de Hollywood, en comparación, por ejemplo, con Arturo Ripstein, que también está de estreno y pinta muy bien. Yo creo que la última película que me dejó huella fue Tokio Blues, más que el libro. Y ya que hemos derivado hasta llegar a la literatura de Murakami, debo decir que me gustó mucho más su libro Kafka en la Orilla. Los japoneses tienen su punto. Y, mientras tanto, PP y PSOE haciendo demagogia en sus campañas por la tele. Un abrazo, lectores.

domingo, 2 de octubre de 2011

Divagaciones

En casa escuchando música tranquila, acojo el final de este domingo sin grandes tristezas. Anoche lo pasé bien en grata compañía, y había ido a una sesión matinal de cine, una película graciosa sin grandes pretensiones que me hizo pasar un rato agradable. Durante la semana había pasado momentos de cierta soledad; la piscina y Oscar Wilde me consolaron. Ahora se me plantean estimulantes aunque poco garantizados horizontes de cara a la semana que viene, y en ello estoy. Me pregunto cuál es la técnica narrativa que se debe adquirir para llegar a publicar, yo, a quien siempre habían dicho que la base de una buena escritura es una base sólida de lecturas. Ese interrogante quizá empiece a dejarme ver un claro hacia mediados de mes, todo es esperar. Desde este fin de semana, que ha sido tan tranquilo que, sin darme cuenta, apenas he seguido las noticias, salvedad hecha del estreno de la última peli de Sofía Coppola, que iré a ver en cuanto pueda. Sigue la música, yo ya vuelvo a pensar en tumbarme en el sofá y seguir escuchando tranquilo el álbum.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Un pájaro durante la comida

Hace un par de días. Un regalo de mediodía soleado. Llegamos al lugar y vemos el aroma a antiguo de la masía en la que más de uno quisiéramos pasar la noche. Caminamos hacia abajo y vemos cómo transcurre lindando un arroyo atravesado por un puente y ante el que todavía hay unas tumbonas para los hospedados que quieran tomar el sol con el rumor del riachuelo. Luego vamos a lo nuestro: pedimos mesa para comer, en la terraza. Los platos no llenan y son una delicia. El momento mágico llega cuando, en medio de la comida, un pajarillo se posa en una mesa contigua vacía. Lo observamos felices. Luego reemprende el vuelo. El agradecido sol del naciente otoño nos ha dado la energía de la luz al aire libre mientras comemos entre el rumor de comensales felices.

Hoy llueve, poco, pero ya tenemos con nosotros esa humedad otoñal, el frescor, el cielo encapotado. Los últimos días han sido de comidas caseras.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Remando por el tiempo

El verano se resiste a irse, las caras perdidas durante las vacaciones han sido recuperadas para la vista o el oído. La recuperación de los rituales habituales se va convirtiendo en algo cuya novedad se difumina y pasa ya desapercibida. Los ánimos son volubles: ahora toca la calma, el optimismo; luego, la apatía y el desánimo. El fin de semana pasado vi con gran expectación la última película del gran director manchego, Almodóvar me desinfló pero conservaba genialidades estéticas muy gratas de ver. Los noticiarios tan pronto nos hablan del fin de la guerra en Libia como de la agudización de esta eterna crisis. Y vamos remando por el tiempo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Camus

Tranquila sobremesa de sábado,
Hace unos posts, cuando aún estaba de vacaciones, hablé de mis lecturas para el verano. Hubo una escrita por un autor novel, con los fallos lógicos del aprendiz, policíaca. Me gustó por su intención dados los medios, pero en conjunto hay que reconocer que a cualquier otro le podría parecer una novela flojilla. Se titulaba La Sonrisa del Vencido.

Luego, leí una pieza teatral breve con mucho mérito pero aún descompensada entre un acto y el otro. Me la pasó una amistad.

Finalmente, estoy acabando El Primer Hombre, novela inconclusa de Albert Camus. Al tratarse de una novela inconclusa, hay saltos y elipsis incoherentes que pueden hacer que la lectura se resienta, pero si tienes paciencia y vas un poco más allá, descubres la infancia del autor en Argelia, referencias históricas a guerras que dejaron muertes entre los familiares de éste y aquél; el (relativo) encanto de la pobreza con sus aprietos y el cumplimiento del ritual de la felicidad a través de aficiones sencillas, te permite entrar en la intimidad de su familia... y todo ello hace que el lector, al menos quien esto escribe, se sienta enriquecido en sensibilidad, el descubrimiento de la experiencia ajena y la prosa rebosante de humanidad.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Vuelta a casa

Vuelta a casa. Comienza el mes de septiembre retomando lazos y con inquietud. Los nuevos proyectos irán tomando forma estos días y uno siente algo de ansiedad. Vuelves a la dieta equilibrada aunque poco suculenta que te preparas tú mismo. Es tiempo de incógnitas, ganas de emprender el curso con iniciativa. Uno está expectante. Ya han quedado atrás los mosquitos, el monte verde, las iglesias y parques naturales a visitar. Y el entorno vuelve a ser el de antes. El prójimo te da noticias inesperadas y todos nos ponemos al día. Así pues, se acabaron las vacaciones. Que no estuvieron nada mal.

viernes, 26 de agosto de 2011

Las edades

Las edades. Los errores, los aciertos. La gente joven se enamora intrépidamente, valiente y a veces poco reflexiva. Las edades avanzan y se crean familias o comodidades de soltería: para qué necesito a un pesado al lado que me quite libertad. Largos matrimonios se diluyen en el despertar de una falsa historia sentimental, que deprime y, con suerte, separa y devuelve a cada uno un espacio donde poder aventurar su vida; matrimonios igualmente largos han sido felices si se ponderan y solo se diluyen cuando llega el fin que siempre nos espera. La juventud es fresca pero en ciernes, cierta edad te comienza a dar una madurez que te sorprende, entre el ímpetu del joven y el declive de la tercera edad. También es cierto que las nuevas generaciones de ancianos se nos hacen mucho más longevas, y que no se sabe bien si, a partir de cierto punto, es mejor decir adiós a la vida o intentar arrastrar nuestras enfermas almas unos alientos más.

martes, 23 de agosto de 2011

El amanecer de la nostalgia

Va cambiando el tiempo, ya no hace el calorcito apacible que acompañaba sin asfixiar las últimas semanas. Han llegado las nubes y con ellas la lluvia. El recogimiento. Es un clima que nos va avisando: soy temporal, estoy aquí para luego devolveros el sol unos días y luego volver a visitaros hasta absorberos definitivamente llevandoos al inicio del otoño. Es un anuncio de que se acaba el relax, de que habrá que volver al real mundo del día a día. Mientras, aprovechemos el olor de la tierra humedecida, el gozo de una buena comida en compañía, generosa en porciones y sabrosa y casera. Disfrutemos de una buena copa de vino. De una pequeña excursión. Ineludiblemente nos invadirá la nostalgia del fin a medida que pasen los días, pero va apareciendo el estímulo de nuevos planes y el placer de olfatear ya algunos ritmos olvidados. Volverá el metro y la muchedumbre y entonces, allí ya, será cuando echemos la cabeza atrás, otearemos el horizonte y ponderaremos con sobriedad, y el último deje de nostalgia.

domingo, 21 de agosto de 2011

Arrebato

Desde una aldea pequeñita, la sucesión de los días provoca que por aquí y por allá te vayas enterando de las historias de las vidas de esta gente. No cabes en tu sorpresa por la forma tan salvaje en que se resuelve lo más liviano de la vida y, como los dientes de una rata, el paso de los días sigue hurgando en las historias de estas gentes, muchas de ellas de muy avanzada edad, que no obsta a su actitud decidida a la hora de montarse la marimorena. Es un lugar en el que van desapareciendo los lugareños, que han ido muriendo pese a la longevidad generalizada que se alcanza. Pero los pocos que quedan responden a la fama que les da la zona y de sus genes brota el conflicto, la pelea, el arrebato.

jueves, 18 de agosto de 2011

El monte

El monte. Se presta a que uno se embeba de paisaje natural a uno y otro lado. Al aire puro, al agua verdadera nada más abrir el grifo. Una ensalada con productos de la huerta. Comidas con muchas calorías. Se presta a que uno salga con el frescor de la mañana a correr y, cuando decida que ya ha cumplido con el trecho propuesto y desee hacer lo que queda de recorrido caminando, tenga que abanicarse con unas cuantas ramitas de hoja larga para ahuyentar los mosquitos que se ceban con la cabeza de uno cual enjambre. El monte se presta a lecturas, plácidas, estudio tranquilo y sueño suave. A paseos cuando el sol pierde fuerza. Al recuerdo. A la humanidad salvaje. En verano.

jueves, 11 de agosto de 2011

Lo que tienen las carreras de humanidades

Lo que tienen las carreras de humanidades...:

Yo he sido un lector voraz. Últimamente me he relajado un poco y me descubro escuchando M80 en la radio cuando, en otro momento, estaría leyendo. En las asignaturas de literatura medieval, nos enseñaban cancioncillas que se han conservado, y para ellos sería algo muy parecido a lo que para nosotros es escuchar una bonita canción. Conclusión: la literatura bebe de muchas fuentes, y también se crea en ellas.

Otro de los problemas que acarrea la lectura es que el libro todavía se disfruta mayoritariamente en papel. Yo he aprendido últimamente con la Nueva Gramática, llena de conocimiento, sin necesidad de tocar un teclado. Total, que tras un período de tiempo más amplio que estrecho, seguía sin tener la informática por la mano. Finalmente, me he puesto manos a la obra y es como aprender a utilizar un juguete de lo más avanzado y sorprendente. Uno siente que va haciendo alguna virguería y le da un subidón en el ánimo. No habrá más tu tía que combinar la literatura con la informática.

domingo, 7 de agosto de 2011

Disfrutad de vuestras lecturas

Cuando acabé el hace poco la novela Suite Francesa, se me creó un vacío que pasó a convertirse en incertidumbre por qué leer después. Libros no faltan en la estantería, pero iba picoteando sin decidirme. Al final, acogí como todo un descubrimiento El Primer Hombre, de Albert Camus. Sin embargo, con el paso de los días un reciente amigo me envió una breve pieza teatral que no tardé en imprimir. De ello hace poco. La empecé ayer, pero por la noche, al ir a recoger a un familiar de regreso de un viaje, me encontré con que me traía el regalo de parte de una amiga con el mensaje: que se lo lea aunque se lo haya regalado yo (ya se sabe la polémica relación que tiene el lector iniciado con los bestsellers o literatura comercial, a la que suele subestimar). Añadía que veía el libro como un retrato de mí. Animado por el cariño que transmite el regalo, lo he empezado esta mañana. Es un texto breve de una editorial pequeña, al parecer policíaco, y me está causando una muy grata sensación al tiempo que me mantiene en ese intríngulis de cuál será el reflejo de mí mismo por el que ella me urgía a leerlo. La llamaré sin duda cuando lo acabe. Por lo demás, hoy no me cabe más que decir: disfrutad de vuestras lecturas. Un abrazo a todos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Dos respiros

Desde la semipenumbra, escucho el agradable hilo musical de una emisora de tendencias de antaño. Si por la mañana caminaba buscando las sombras urbanas que aliviasen el calor que caía desde un sol descarado, por la tarde la luz del sol se iba despidiendo de jóvenes juguetones en las arenas del mar, que se resistían a poner fin a la tarde; el agradable frescor permitía ver pasear a jóvenes con sus bebés o personas mayores de paso lento y complicidad asentada. Dos respiros, uno matinal y otro al atardecer, de un día agotador.

martes, 2 de agosto de 2011

Abuelas

Cada cierto tiempo, uno va a ver a su anciana abuela, que se ha convertido en bisabuela ya. Quizá, como es mi caso en la visita de hoy, se trata de una mujer muy anciana, que ya no se vale por sí misma y ha visto, con el paso de los años a todo su entorno generacional morir. Ello le da pesadumbre de seguir, ella, sola, en este mundo, y espera su momento entre pequeñas alegrías. El día ha sido soleado, una leve brisa en la sombra en la que nos ocultábamos para tomar una infusión ha hecho el rato muy grato. Tras la visita, de vuelta, me planteo que yo también me voy haciendo más mayor y que un día, antes o después, que nunca se sabe, acabará mi camino por esta vida.