domingo, 30 de octubre de 2011

Entretenimiento y arte

Me he dado de bruces con una evidencia. acostumbrado a leer narrativa profunda y ver cine de autor, cosa que, confieso, cuando acierto me encanta, he descubierto que para desarrollar una narración que sintonice con el lector y no se limite a un intercambio de guiños entre artistas o artistas y culturetas como los que abundan en los cines V.O., para ello, hace falta que la narración tenga una historia, una estructura, que capte al lector, le proponga un viaje y haga que se identifique con el protagonista de la historia. Me lo dijeron hace unos años, comentándome que estaba escribiendo para narratólogos, pero que hay que escribir para el público y tener una historia. También me dijo que era una etapa clásica en la formación del escritor. Bueno, lo cierto es que mis historias han avanzado en ese sentido desde entonces, pero, ahora, leyendo El Viaje del Escritor, me encuentro con técnicas y estructuras actuales a la vez que ancestrales, que han influído mucho en la creación de grandes películas de Hollywood. Leo con entusiasmo, pero sin olvidar que el entretenimiento no debe quedar reñido con el arte.

domingo, 23 de octubre de 2011

Para ser feliz

Suena Nina Simone de fondo y alegra ver cuánta vida tenía la gente en nuestra memoria del blanco y negro, en la memoria que antecede a nuestra existencia. El viernes, camino de tomar una copa relajada, cayeron tímidas gotas que anunciaban un retorno a todo ritmo y llegada a casa empapados. Sin embargo, quedó en el simple anuncio. Caminaba ya con mi abriguito algo ligero, aún así yo muy friolero. Sentados en un lugar de la bohemia encontrado al azar de la caminata sin rumbo fijo, disfrutamos del silencio y de la complicidad conversadora mi amistad y yo, tranquilos, confiados en que el otro ya no es un desconocido, sino alguien en quien depositar tu confianza, en quien apoyar el brazo si es necesario. El lugar era barato, con gente pero sin ese ruido de voces altisonantes y música a toda traca que impide la conversación tranquila. Y en un momento dado comentamos las tres o cuatro cosas elementales que se necesitan para ser feliz.

sábado, 15 de octubre de 2011

Kleenex

En un día de calor sorprendentemente otoñal, de este otoño que muchos deseamos empiece a serlo y deje atrás el verano, en ropa ligera me entró un airecillo fresco por un súbito y ocasional cambio de temperaturas cuando aún era joven la tarde. Al rato, sintiéndome frío, me puse una ropa algo más abrigada. Sin embargo, ya estaba ahí: destemplado al principio, luego vinieron la sequedad en la garganta y el recurso al kleenex. Ya llegó el resfriado. Ahora tan solo queda la conciencia del disfrute de las energías renovadas y una recuperada autonomía... respecto al kleenex. Señales del otoño, que parece ir va llegando a su pesar.

domingo, 9 de octubre de 2011

Nada relevante

Hoy no escribo sobre nada relevante. Emiten el telediario mientras yo escucho música en los auriculares y divago al teclado. Finalmente, no he ido a ver la película de Sofía Coppola y me he guardado el dinero para otros menesteres. Dentro de poco, mi hermano pequeño se irá a vivir más lejos, aunque en la misma ciudad, y quizá todo quede en vernos una vez al mes para comer. Algo normal, por otro lado.

Me pregunto si la reputación que tiene Sofía Coppola no tendrá algo que ver con que es miembro de la industria de Hollywood, en comparación, por ejemplo, con Arturo Ripstein, que también está de estreno y pinta muy bien. Yo creo que la última película que me dejó huella fue Tokio Blues, más que el libro. Y ya que hemos derivado hasta llegar a la literatura de Murakami, debo decir que me gustó mucho más su libro Kafka en la Orilla. Los japoneses tienen su punto. Y, mientras tanto, PP y PSOE haciendo demagogia en sus campañas por la tele. Un abrazo, lectores.

domingo, 2 de octubre de 2011

Divagaciones

En casa escuchando música tranquila, acojo el final de este domingo sin grandes tristezas. Anoche lo pasé bien en grata compañía, y había ido a una sesión matinal de cine, una película graciosa sin grandes pretensiones que me hizo pasar un rato agradable. Durante la semana había pasado momentos de cierta soledad; la piscina y Oscar Wilde me consolaron. Ahora se me plantean estimulantes aunque poco garantizados horizontes de cara a la semana que viene, y en ello estoy. Me pregunto cuál es la técnica narrativa que se debe adquirir para llegar a publicar, yo, a quien siempre habían dicho que la base de una buena escritura es una base sólida de lecturas. Ese interrogante quizá empiece a dejarme ver un claro hacia mediados de mes, todo es esperar. Desde este fin de semana, que ha sido tan tranquilo que, sin darme cuenta, apenas he seguido las noticias, salvedad hecha del estreno de la última peli de Sofía Coppola, que iré a ver en cuanto pueda. Sigue la música, yo ya vuelvo a pensar en tumbarme en el sofá y seguir escuchando tranquilo el álbum.